lunes, 8 de julio de 2013

MEMORIA PRAETERITORUM BONORUM*



19 marzo
2012
escrito por Luque 

Ahora que  la primavera se presenta, que comienzan a llegar las primeras golondrinas que dijo aquél y las calles se impregnan de la fragancia del azahar, ahora de repente las sensaciones se convierten en recuerdos.
Recuerdos en forma de aroma y olores, olores a rosco de Semana Santa, a tardes con sabor a la miel del bote pegajoso con la que mi madre acababa de  impregnar las torrijas y que a escondidas, mi hermano y yo, relamíamos con la rapidez que daba el  miedo a los “tapabocas” de nuestra santa, a adoquines de caramelo y a arazú de los coloraos “¡que están mas buenos!”.
De idas y venidas a la panadería San José a recoger naranjas amargas, porque eran las mejores de todo San Fernando para los dulces, un rato de futbito en la glorieta, ir a recoger medallitas en la estación, -“bueno mejor vamos a donde los cuarteles de marina porque en la estación ya no quedan árboles de medallitas desde que los han cambiado por plataneros llenos de bolitas pica-pica, que dicen que dan mas sombra y echan menos mierda”-.
De pasar las ya calurosas tardes viajando por las calles y callejuelas de camino al cine Almirante para ver las carteleras repletas de  carteles pintados,
que te invitaban con sus fantásticas imágenes, a imitar un día a “BRUS LÍ”  y al siguiente al Capitán Acab recorriendo los mares tras Moby Dick o parecerte a “YON VAINE” y desenfundar el primero, para acabar con aquellos malvados, siempre vestidos de negro con caballos mas lentos que los del bueno y que asediaban a la bella señorita de largos cabellos rubios.
La ilusión de ir a recoger la túnica de tu cofradía, que era la mejor, la más antigua y la que mas “peritentes” tenia, con la incertidumbre de si ese año por fin te tocaría la suerte de estrenarla tú y no como el año pasado que mumá se tuvo que pelear con el hermano mayor porque –“la túnica que le habéis dao a mi hijo esta echa una porquería y la tenio que arreglá entera”.
 El aroma de los cirios y  el perfume del incienso quemándose e impregnando las calles con el sabor de la pasión llamando a todos al recogimiento.
 El niño llorando porque quiere ese globo de naranjito tan chulo que vuela, la madre gritando al niño porque se le  ha ido volando ese globo tan chulo que vuela, el padre del niño mirando de reojo y diciéndose para sus adentros –“que pena de diez duros de globo, que pena de niño este y que pena de la mare con el niño”.
El Domingo de Ramos, día de estreno, estreno de los zapatos gorila de los que duran toda la vida y no hay niño revoltoso que los rompa y sobre todo … la pelota, la pelota que venia dentro de los zapatos y que botaba tanto y tanto daño hacia en las espaldas cuando te la tiraban.
Día de lavarse bien:
- “niño ta dao bien detrás de las orejas, mira que como vaya yo te las voy a arrancar”
- “Que sí omá”
- “weeeeeeno”.
Todos cogidos de la mano y muy limpios a ver las procesiones porque tu madre otra cosa no pero “mu limpia y escamondá ella y sus niños, de toa la vida”, que el Domingo de Ramos el que no estrenaba era o porque no tenia o porque no le iban”esas cosas de curas y beatas”.

Recuerdos todos de una niñez feliz, anclados en el fondo de la memoria y que vuelven a la luz con el olor del azahar y el aroma de la primavera eterna cada año por estas fechas.

VA POR TI NENE.
En castellano: “El pasado siempre se recuerda como mejor”

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